JOSÉ MARÍA DÍEZ

Artículo que habla de la inspiración que supone para mí las inagotables fuentes renacentistas y barrocas del Museo del Prado o de la Galleria degli Uficci. Una defensa de la pintura como artesanía

"La luz en la memoria" es una nueva colección de pinturas al óleo en la que vengo trabajando recientemente, después de un paréntesis en el que, con denuedo, he producido varias series a grafito sobre papel. La luz sigue siendo la motivación principal, da igual el medio o el formato en que trabaje. La luz es, el espacio que hace que las cosas se vean como se ven; es decir, que las cosas sean como son.

Ahora que el tiempo se ha uniformado en esta especie de no-vida, acercarme a lo que la plaga me ha robado es vitamina, como el sol. Reflexiono sobre el hecho de pintar un lugar emblemático en mi vida, como un punto cero de emociones. Traerlo a vivir a una tabla es una especie de renacimiento, porque siempre se me hace que el mundo acaba de empezar. Es un deseo de que los días se vuelvan distintos. Y es, sobre todo, un consciente ejercicio de encuentro con la patria.

Entre Segària y Montgó, descansa Ondara, que es el epicentro de un reino que tiene categoría de morada del alma. Por allí me he dejado caer algunas veces no sólo para disfrutar de unos pueblos acogedores de tradiciones muy arraigadas, sino también de un paisaje que, con sus montañas, han influido, de una u otra forma, en mis representaciones geográficas. También el castillo de Dénia, esa mezcla perfecta de fortaleza y fronda. No sé de qué manera se quedaron impregnadas muy dentro de mí esas vistas de ortógonos tan bien adornados con nubes de vegetación.

Años después de haberme recreado en las tardes de primavera en dibujar el perfil de la sierra de Alange, sin buscarlo, y sin propósito aparente, la retentiva ha venido a revivir, en mi estudio de Cádiz, aquellas grandes sentadas de juventud. A veces me pregunto por qué algunas de mis geografías han ido saliendo tan inconscientemente de aquellos campos de Alange.

Necesito que la obra sea abarcable, tocable, vivida como si fuera una pequeña prolongación de la persona. Y esto tiene que ver con el carácter artesanal que defiendo para mis dibujos.

Así, he visto como sus Murallas han ido desfilando por mis manos sin darme cuenta de que estaba retratando una idea: el mundo exterior frente al mundo interior...

Me vienen a la memoria las escenas de aquellos partidos de fútbol del Extremadura C.F. juvenil en el polideportivo de Almedralejo. Desde aquellos dominios (porque yo me ponía en lo más alto de la grada) se veían los caminos con señuelos más claros, el fondo de las sierras pintadas de tonos azulados y grisáceos, y los nubarrones densos cubriendo todo el celaje.

Referencia a la influencia del libro de Historia del Arte de COU de 1983, de la editorial Anaya. También a la pintura holandesa del siglo XVII, reflejada en el catálogo del Museo Thyssen de Peter C. Sutton. Reflexiones sobre el arte, el poder adquisitivo y la poca cultura que existe para la compra de arte

Reflexiones sobre el fuego, no sólo en el arte, sino en otros ámbitos, a modo de metáfora pero también de realidad tangible y mágica. Cuando el fuego no es lesivo se alza como símbolo de vida. La religión y la mitología así nos lo han hecho enteder desde el homo erectus a nuestros días, de norte a sur y de este a oeste.

Recuerdo de la estancia en Vinci, patria pequeña de Leonardo, donde nos fue muy difícil encontrar restos físicos del artista toscano, pero muy fácil hallarlo en el aire de aquella tarde de verano.

A partir de esa sentada entre pinares, cruzando todo el valle del Tiétar y toda la adorable comarca de La Vera, no puedo quitarme de la cabeza los cardos y las frondas de Ynot

Nota de la exposición celebrada en Cádiz. Estos lugares plácidos (aún en levantes enervados) me espolean, crean en mí estados brumosos y fértiles para que el noble oficio del arte tome su sitio.

Estos días de febrero en los que he estado concentrado en una nueva serie, ha sonado en mi estudio la sinfonía Nº 1 de Bruckner. En concreto la versión conocida como Linz (existen varias más), ya que fue en esta ciudad austriaca donde se estrenó en 1866, justo cien años antes de mi nacimiento.

Gusto por los cuadros de batallas, especialmente por La rendición de Breda, de Velázquez. Me encantan los nombres holandeses: Breda, Zelanda, Utrech, Zelanda, Nassau. Un paseo por la historia de España en la época de Felipe IV

La solución acuosa que baña el paisaje, sea urbano, marítimo o campestre, esboza realidades que suponen un principio de abstracción por el cual color y forma abandonan lo cotidiano para adentrarse en terrenos donde caben múltiples interpretaciones de la realidad.

Entonces empecé a vislumbrar que lo que había estado haciendo era exudar toda la esencia de la que en su día me había empapado en Noruega. Comprendí que las geografías de los grafitos eran evocaciones tremendamente líricas de los recuerdos y las sensaciones almacenadas desde hacía más de seis años. Había estado reviviendo mi primer camino del norte.

El Nordfjord, primero, y el Geirangerfjord, después, se grabaron a conciencia no sólo en la memoria, sino también en la sensibilidad, como si algo quisieran advertirme en lo más hondo de mi ser.

Se piensa en los pueblos como parques temáticos acotados, como surtidores de emociones que sirven para redimir al personal de sus deudas más penosas; pero no como un conjunto de casas donde vive gente que también demanda atenciones no sólo sanitarias, o de servicios (llamémosle) básicos, sino también de cultura.

Y ahí está Wagner. Las leves ondulaciones orquestales de Lohengrin son un calco de las armoniosas líneas que dibujan las montañas. De sur a norte, según me indica el búho de la veleta, aparecen decenas de accidentes...

Había un tipo de disciplina de lo que fluye por sí mismo, como el río elegante que modula todo lo que hay a su alrededor sin violar ninguna ley. Eso debe ser el arte, inventar el mundo con un sigiloso respeto a la elegancia de la naturaleza.

Por muy tópico que nos parezca, no es descabellado afirmar que (en el arte actual) impera el gesto sin contenido, la boutade, aquello que renuncie a que lo delicado nos amaestre las almas, tan necesitadas como están de buscar lo absoluto entre tanta parcialidad como nos ofrece la sociedad actual.

Sólo pretendo sacar de mis adentros todo lo recibido de mis investigaciones sobre Mérida, y de los muchos años de visitas a una ciudad a la que amo profundamente, y a la que considero también mi patria chica, porque en ella estudié, y en ella trabajé. O sea, viví.

La influencia de la historia, especialmente la antigua, queda de manifiesto en algunos de mis dibujos. Inconscientemente, en la serie Exilio, por ejemplo; y, de manera totalmente voluntaria, en la serie El tiempo Escondido.

Los sonidos de la Arcadia provienen de las escuchas de Hammock, un dúo neoprogresivo norteamericano. De la pasta de sus acordes repetitivos se han fabricado un montón de dibujos muy íntimos

La geografía me servía también para explicar la historia, otra de mis grandes pasiones. Así, Mesopotamia era una de esas palabras mágicas que me enraizaban con el universo.

Relación de la pieza musical de Steve Hackett

Descripción de lo oculto, de lo que hay más allá, que nos incita a ver la realidad como si fuera un tiempo escondido.

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